viernes, 21 de noviembre de 2008

FELICITACIONES POR LAS 20 LUCAS

FELICITACIONES POR LAS 20 LUCAS



“Que estupidez, ¿cómo pueden sentirse triunfadores si los que ganaron fueron los que no salieron a la calle?”
Concuerdo con este nickname, comentarista de lanación.cl, luego de ver la alegría de los huelguistas de la Anef.
Porque, ¿qué festejan?
Obtuvieron un 10 por ciento de aumento final, el mismo 10 por ciento que el ministro Velasco les ofrecía hace tres días: un 10 por ciento para los sueldos de hasta un millón mensuales.
No me van a decir que los que saltaban y corrían por la Alameda, los que cerraron los consultorios, no recogieron la basura, conflictuaron los pasos fronterizos y la carga en los puertos, esas señoras, señoritas, jóvenes, caballeros, haciendo sonar sus pitos, con sombreros divertidos, traqueteando por Santiago, cantando aquello de “el pueblo unido,…” y otras nostalgias dignas de mejor causa, ganan más de un millón al mes.
Comprendo que se trata de personas agobiadas por los precios altos, endeudadas hasta el cuello con las tarjetas de crédito, angustiadas por el pago de arriendos o dividendos de sus casas, colegiaturas de sus hijos y… todo eso tan estresante. Sé que necesitan un sueldo más alto para vivir sin sobresaltos.
Pero no ganan más de un millón: creo que los más revoltosos están por los 200 y algo y, capaz, por los trescientos y hasta cuatrocientos mil pesos mensuales.
Y que ahora brincan de alegría porque consiguieron un 10 por ciento más, o sea, 20, 30 o 50 lucas. ¡Felicitaciones¡
Pero, ¿por qué nos los aceptaron antes?
Ah, porque el ministro sólo ofreció un 9 por ciento para los que ganan más de un millón. Y peor aún, 6 por ciento para los que superan los 3 millones y CERO para los que ganan más.
Es decir, las auxiliares, paramédicos, administrativos, secretarias, gente sacrificada y modesta que conforma casi el 90 por ciento de los empleados fiscales, salieron a sudar la gota gorda, a gritar hasta quedar roncos, no por sus remuneraciones sino por las de sus jefes.
Los felicito, en este país cada vez menos solidario, ustedes sí que son generosos.
Pero tengo que decirles que entre sus pancartas, reivindicaciones y reclamos se les olvidó lo más importante: Chile es uno de los países con mayor desigualdad, o sea los ricos son demasiado ricos en relación a los pobres. Esa es una diferencia abismal que sí merece lanzarse a la calle clamando justicia.
Cada vez que se intenta reducir esa brecha con impuestos, los beneficiados rasgan vestiduras, acusan de intenciones comunistas, auguran el Apocalipsis sobre nuestro país.
Igual que ahora, cuando se habló de reajuste escalonado para disminuir la diferencia de ingresos en la administración pública y mandar una señal potente al sector privado. Diez mil médicos, que ganan harto más que ustedes señores del paro de la Anef, amenazaron con colapsar la salud pública. Y los magistrados pidieron escandalizados la intervención del Tribunal Constitucional porque se estaría vulnerando el principio de igualdad ante la ley.
¿Igualdad para fomentar la desigualdad?
Así que, congratulaciones de nuevo por el éxito de su lucha sindical señores de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales. Ganaron 20 o 30 lucas para casi el 90 por ciento de sus afiliados y 200, 300, ¿800?, mil pesos de reajuste para el resto de sus representados, no tan numerosos como los primeros pero, puchas, harto más importantes.

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