jueves, 27 de noviembre de 2008

QUE ALLENDE SE LEVANTE Y PREGUNTE

Pero, ¿qué pasa? El mundo económico cae en pedazos y Chile se desgañita con presidenciables “rogados”, con un farandulero Farkas, con Piñera atrincherado, sin soltar sus propiedades. Ta’bien que el ministro Velasco haya apretado la cartera y hoy tengamos con que alimentar las vacas flacas, pero, como la Presidenta dice: “no somos inmunes”, somos un grano de arena en la playa global y la resaca viene fuerte.
¿Hay censura? ¿Cómo es posible que el tema “el dios mercado botado de su pedestal, la humillación de los hijos del capitalismo salvaje, el rescate heroico que está realizando el “maldito y odiado” Estado, no sea motivo de foros, de propuestas presidenciales y plataformas partidarias, de análisis a concho?, ¿Nos farandulizamos todos?
No lo entiendo. Peor, creo que hay censura o algún tipo de instrucción conveniente en los duopolios de la prensa y en la tele abierta.
Yo viví la autocensura de la dictadura política. Pero creo que el de ahora es el anatema de la dictadura económica, tan brutal como la otra (por favor, leer el libro de la periodista canadiense Naomi Klein “La terapia de Shock , capitalismo del desastre”, es caro, pero prometo un resumen en mi Blog).
Porque lo que ocurre hoy en EE UU, Europa, China, Japón tiene ecos tremendos para los chilenos. Primero, a partir del 74, la terapia de shock, la aplicación irrestricta del modelo, el FMI en acción metido en nuestros bolsillos, sus reglas machacadas en nuestra cabeza:
el Estado es ineficiente, privatice; achique, redúzcalo a su mínima expresión (aún recuerdo el drama de miles de empleados públicos echados a la calle con unos pesos miserables. Terapia de schock: Tucapel Jiménez era presidente de la Anef)); nada de déficit fiscal; no subsidie, no intervenga, no condone; mínima deuda externa; deje que el Estado fije los precios y los sueldos.Y, PROHIBIDO, no emita billetes sin respaldo.
Ja, estos mandos eran impartidos vilipendiando al gobierno de Allende que, claro, siguió inflando el ya cansino Estado chileno, endeudándose a lo loco, subiendo sueldos de los miserables, bajando precios, desatando inflación, subsidiando a los más débiles, comprando acciones de los bancos a través de CORFO, condonando deudas de los eternos patipelaos y poniendo a la Tesorería a fabricar billetes.
¿Cómo no nos vamos acordar, si lo que está pasando hoy en EE UU, en Europa, China, Rusia y Japón, lo vivimos con sangre y lágrimas, en chiquito, aquí en Chile?.
Y ¿cómo no vamos a hacer un análisis, alguna reflexión, digo yo, si lo que nos grabaron a machamartillo y con el dolor y pérdida de varias generaciones de niños pobres sin destino, ahora es vuelto al revés por los mismos que ayer nos predicaron?
Hay que ser descarados¡¡¡
Resulta que los pecados de Allende, ahora son santos y buenos:
hoy el Estado estatiza, interviene, perdón, hay que ponerse a la moda conceptual, “rescata” al sistema financiero del mundo entero. ¿Sabe cuánto significan ya los paquetes de salvataje del libre mercado todopoderoso de EEUU? Desde el 2007, cuando se insinuó la crisis, se ha entregado UN BILLON 200 mil millones de dólares, sin contar los últimos paquetes de 700 mil, uno, y 800 mil millones el último. ¿Plata de quién?. Del odiado y vilipendiado Estado. O sea, en EE UU, Europa y Asia han comprado más bancos y financieras que Allende con las platas fiscales. (Ay, todavía me machaca: reduzca, reduzca el Estado a su mínima expresión, no subsidie, no intervenga, no condone).
Pero si en Chile, en 1982, también ya vivimos esa vuelta de tuerca de los principios sacrosantos del neoliberalismo: también Pinochet, que aplicó mano dura para hacer cumplir las reglas, las rompió sin asco para salvar a la banca destruida por su soberbia y angurria.
¡Cómo es posible que los chilenos no estemos atragantados con estos temas, digo yo, si están ahí en carne viva, tan duros como los atentados contra los derechos humanos¡¡
¿Se trata de “prudencia” o de “escamotear el bulto”?
Porque que la cuestión es grave, es re grave. Sólo hay que hacerse una pregunta que me gustaría que el ex Presidente Allende, personalmente, si estuviera vivo, la formulara: ¿de dónde está saliendo la plata que EE UU está poniendo para salvar al sistema financiero? Simple y atroz: de la maquinita de fabricar billetes, de la “emisión inorgánica”, que llaman los economistas.
Porque, en teoría, el valor de una moneda se determina dividiendo el total de la masa circulante por el total del valor nominal de los bienes y servicios producidos por un país. Si aumenta la masa circulante, debería aumentar, proporcionalmente, el PIB, el producto interno bruto. Eso, para que la moneda mantenga su valor, digamos, para que no sea una entelequia.
Y resulta que EEUU hace ya rato que se gastó sus dólares con respaldo objetivo, hace ya rato que gasta más de lo que gana. Y no lo hizo, como Allende empujado por un profundo anhelo de justicia social hacia los más pobres, la desvalida comparsa que acompañó nuestra historia, los patipelaos de la colonia, los que siguieron raspándose los pies en la Independencia, la República, calándose alpargatas bajo los gobiernos populares radicales y del Frente Popular, sacando la voz con la revolución en libertad de Frei Montalba y largándose a las calles con Allende. No, EEUU, especialmente con el Bush que se va pifiado, se los gastó en las guerras de invasión a los países petroleros. Mejor dejemos que el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, lo diga: “el despilfarro y la insólita prodigalidad de la administración Bush, mediante aventuras bélicas y rebajas fiscales a los ricos ha condenado a Estados Unidos a un colosal déficit público y por cuenta corriente, déficit que algun día alguien tendrá que pagar”
La deuda externa de EEUU ha crecido como un alud, desde casi cero en 1980, hasta 2 billones de dólares en 1998 (administración Reagan). Hoy, noviembre 2008, supera los 11 BILLONES.
Dinero que no ha ido en ayuda del ciudadano endeudado, el que perdió la casa, el que perdió el empleo, sino para los propios estafadores que siguen vendiendo sus papeles basura al gobierno. Uno podría decir, con la rigidez del sacrosanto modelo: bueno, pues, que caigan en default, que quiebren y paguen las consecuencias. Pero es tal el peso de los involucrados que sería como tirar el mantel, arrastrándonos a todos.
Porque estos otros, nuevos neoliberales que ahora están paseándose por América Latina , son los principales acreedores de EE UU. Hablo de China y Rusia. Ellos han comprado la mayor cantidad de bonos del tesoro de EE UU, ordenes de pago reembolsables al cabo de un número determinado de años. Ahí está también nuestra platita.
O sea, aunque uno quiera, no se puede mear el asado.
Pero sí reflexionar, analizar y sobre todo, no volver a tropezar con los mismos… peñascos.

2 comentarios:

lnds dijo...

Como dicen mis amigos brasileros: "estamos fodidos".
O Santos Discepolo, "el mundo es y será una porquería", sospecho que Allende se levantaría y no se sorprendería tanto de que las cosas sigan, en el fondo, igual.

lnds dijo...

me olvidaba, espero tu comentario sobre el libro de la Naomi Klein....