martes, 16 de diciembre de 2008

EL SUEÑO AMERICANO

*o porqué, en lugar de sueño, es pesadilla
*o porqué el sueño de Obama corre peligro
*o porqué el sueño de Piñera es un fraude.

Por allá, a mediados de los cincuenta, la gente que quería “cultivarse” rápidamente, (fast culture, digamos) compraba Reader’s Digest. El librito se agotaba en quioscos y siempre traía una historia “edificante”: un niño, o niña, pobre, pobre, que, gracias a su trabajo y perseverancia, ahorrando pesito a pesito, pasando hambre, frío y miedo, se convertía en rico, rico, empresario millonario, banquero billonario, petrolero trillonario, en fin, dueño de money y más money.
Era “el sueño americano”, pasar de pobre a rico en “la tierra de las oportunidades”, o sea, en los EE UU. Una consigna nacida en el siglo XVI para incentivar a los aventureros británicos que llegaban a las colonias. Una “pomá” pa’pobres que subsiste hasta hoy.
Se la siguen tragando los inmigrantes, especialmente latinos, que abandonan sus ranchas, ya sin esperanzas en esta América nuestra, para irse a lavar platos, limpiar excusados, freír hamburguesas o prostituirse en esa América de ellos, la tierra de la abundancia.
Y se la tragan, especialmente, los propios estadounidenses pobres. Incluso ahora, en diciembre del 2008, en plena crisis provocada por los desatinos del Defensor de la la Tierra de la Libertad (Bush, ¿POR QUÉ EL ZAPATAZO NO LE HABRÁ DEJADO UN OJO POCHO?).
No hay caso. La “pomá” se sigue vendiendo en medio de 36,5 millones de estadounidenses por debajo del umbral de pobreza, 47 millones sin ningún tipo de cobertura médica, 1,1 millones declarados en bancarrota, casi 3 millones de desempleados, diez mil desalojos semanales por dividendos impagos, ola de suicidios en Nueva York, Denver, Michigan…
En fin, así el mundo caiga a pedazos, el sueño americano se mantiene.
Con ese lema en la frente, los gringos pioneros, con una mano por delante y otra por detrás, conquistaron el nuevo mundo a punta de balazos, matándose entre ellos y asesinando indios como quien aplasta pulgas.
Y con la misma consigna, los gringos de hoy rindieron pleitesía por cuarenta años a Bernard L. Madoff, el salvavidas de playa que partió con 5 mil dólares y, “con trabajo y esfuerzo”, se convirtió en Presidente de Nasdaq, la bolsa de comercio electrónica más grande de Estados Unidos que llega a transar más de 6 billones de acciones en un día.
El sueño americano: hacer más y más dinero.
Fiel a la consigna, el broker Madoff construyó una pirámide que los financieros conocen como “esquema de Pozzi” y nosotros como Cutufa: yo le ofrezco un interés soñado, muy por encima del resto, usted me pasa su plata y yo le pago con la plata de los otros que también sueñan y quieren ganar como usted, hasta que los primeros y usted se angustian y me piden la plata de vuelta. Entonces…
Plop. El sueño se convierte en pesadilla.
“Estoy acabado. No tengo nada. Todo era una gran mentira”, confesó Madoff, cuando llegó el FBI a su departamento en Manhattan.

PORQUE, EN LUGAR DE SUEÑO, ES PESADILLA
Nada, bluff, “una gran mentira”.
El sueño americano se convierte en pesadilla de pobres: el 50 por ciento más rico de los estadounidenses recibe el 87,17 por ciento de los ingresos totales del país. Y el 50 por ciento más pobre, sobrevive con 12, 8 por ciento. ¿Son cifras fijas o que mejoran? Nooo. En los últimos 30 años, el 1 por ciento de los más ricos agrandaron su mascada de la torta en 87,67 por ciento.
En una sociedad tan injusta, la única manera de ser rico, RICO, es saltándose las reglas: como los que fueron a venderle casas al negro pobre de Alabama que no tenía cómo pagar, como el mismo mísero negro que se tentó porque era como ganarse la lotería, como los banksters que ataron estas deudas tóxicas en paquetes y las vendieron y revendieron, como Madoff que jugó y jugó hasta el desmadre.
Uno se pregunta: ¿por qué el sueño americano se concentra sólo en ser rico, muy rico, cada vez más rico?. ¿Por qué no se encamina a prometer, en vez de una mansión, una casa digna, en vez de yates y jets privados, una buena educación para los hijos, porqué en vez de güisquis y fashion y golf y ressorts privados y qué sé yo, no promueve una manera de vivir solidaria, generosa, justa, una vida en la que, en lugar de crecer el dinero, se agranden las neuronas y seamos todos , no millonarios, sino más inteligentes y generosos, ¿a lo mejor, hasta felices?.
No hay explicación para este exagerado materialismo. Los gringos son el segundo país más religioso entre los desarrollados, Bush fue reelegido por los evangélicos fundamentalistas. Durante su campaña, una corresponsal noruega, Kristine Nielsen, se quedó helada al escuchar que los partidarios decían “amén”, luego que Bush hablaba.”Era escalofriante”, comentó.
Los mi, bi o tri-llonarios asisten sagradamente a los servicios religiosos. Los pioneros eran mayoritariamente mormones. Madoff, judío observante.
En fin, el sueño americano nace de esa mezcla espuria de ricos beatos, millonarios implacables en la conquista del money y fervorosos creyentes en el Dios que prefiere hacer pasar un camello por el ojo de una aguja antes que dejar entrar a un rico al reino de los cielos.
Mixtura insólita que define el “alma profunda” de los WASP, white anglosaxon and protestant people.


PORQUE EL SUEÑO DE OBAMA LO PONE EN PELIGRO
WASP. Todos los presidentes de EE.UU. han sido blancos anglosajones y protestantes, con excepción de Kennedy, que era católico y de Obama que es negro. Y si al primero lo asesinaron, a este último...
Ay, que no le vaya a pasar algo, es la muda súplica de miles en el mundo que miran avanzar al espigado Obama por entre las redes de intereses tejidas en décadas por los vencidos con su nominación.
Derrotados altamente peligrosos: los neocons, un sector profundo del partido conservador, consagrado al neoliberalismo puro, neoliberalismo talibán que Milton Friedman estrenó en Chile en el 74 y que se expandió por el mundo en los 80 con la Thatcher y Reagan. Y que siguió con Bush padre y Bush hijo, engordando y especulando sin control en Wall Street, llenando sus bolsillos con las ganancias del petróleo y la guerra- negocio.
(Junto a las bombas que cayeron sobre Irak llegó una multitud de empleados a contrata de empresas que se hicieron millonarias privatizando la guerra. Instalaron verdaderas ciudadelas de lujo, puentes, trincheras, espectaculares instalaciones sanitarias, de luz, gas, tv, comida, ropa, lavandería, lugares de entretención, hoteles, piscinas, bares y restaurantes, en medio de la ruina, la enfermedad y la muerte del país invadido. Igual que el zapatazo de Bush, milicianos iraquíes se encargan, de tanto en tanto, de lanzar proyectiles a estos edificios).
Porque, esta guerra, especialmente, ha dado mucha plata. Y ahora que perdieron las elecciones, ¿irán estos señorones a permitir que un Presidente negro les termine la fiesta?
Ay.
Yes, we can, asegura Obama y con el mismo lema de su campaña insiste en el sueño americano. En medio de los mejores augurios, esperanzas y buenas vibras anuncia regulaciones a los brokers codiciosos , impuestos para ricos, políticas medioambientales que elevan costos y reducen utilidades y gastos fiscales en ayuda de los que han pagado el pato en este desmadre: los soñadores pobres.
¿Podrá?. “Si es que no lo matan”, se le escapó al sociólogo Alain Touraine, dejando tiritona a la periodista Carmen Aristegui de CNN, durante la campaña presidencial. El francés agregó “pero si en EE UU ya es costumbre”.

*PORQUÉ EL SUEÑO DE PIÑERA ES UN FRAUDE
Claro, no sólo han matado Presidentes, hasta inventaron una guerra y, según Michael Moore, incluso habrían tramado el desplome de las Torres Gemelas. Es que las redes del neoliberalismo talibán son demasiado poderosas, crueles y afirmadas por la religión. Ellos miran la naturaleza como espacio inagotable para explotar, comprar, vender, hacer dinero. Y al género humano, viejos, jovenes, niños, todos, como potenciales consumidores.
Su palabras sacrosantas son : rentabilidad y riesgo. Y sus palabras satanizadas: impuestos y justicia social.
Piñera es un empresario de esa cofradía. Sus 1.200 millones de dólares, la mitad al menos, los consiguió bajo Pinochet y no, precísamente, ofreciendo buenos trabajos y buenos sueldos, sino en el juego de la Bolsa, comprando y vendiendo empresas con sus empleados incluídos, como un elemento más.
Su base de apoyo tiene la misma mescolanza extraña que la de Bush: los neoliberales chilenos, más puristas que sus gurús de Washington, y los cruzados de la llamada “agenda valórica”, del matrimonio para toda la vida, de las familias “bien” constituidas, del no a la píldora del día después y ta, ta, ta.
Su discurso se refiere a un sueño, “mi sueño” dice cuando se inspira, y Chile le parece una tierra de abundancia donde hay que hacer florecer miles de negocios que den trabajo e igualdad de oportunidades para todos.
¿Cómo? Con buena gestión eficiente (o sea, seguir achicando y privatizando el Estado), con flexibilidad laboral (bajando sueldos, impidiendo sindicatos), con padres que puedan elegir la educación de sus hijos (o sea, educación privada), con pacientes que puedan elegir sus hospitales y médicos (o sea, privatizar al máximo la salud pública).
Comprar ese cazabobos, especialmente ahora que la cordura mundial anuncia una reversa hacia políticas de más Estado, de más regulación para los privados, de más protección social, sería volver a crear en Chile un bastión del neoliberalismo.
Sería volver a comprarnos “la pomá” pa’ pobres, el fraude del “sueño americano” que se desploma y agoniza en el resto del mundo.

jueves, 4 de diciembre de 2008

El Mercurio: editorialistas con pasamontañas

El Mercurio: editorialistas con pasamontañas


Me había resistido, pero fui a ver El Diario de Agustín. El tema me bloquea, me duele. Pero saqué fuerzas y una tarde calurosa me metí en una sala en penumbras para ver cómo se ve de afuera lo que yo viví adentro.
Realicé mi práctica profesional en El Mercurio con las últimas linotipias, en los años de la toma de la Católica, el asesinato de Pérez Zujovic, los cristianos por el socialismo. Y regresé a la empresa a fines de los 70, plena dictadura, hasta mi renuncia en el 92.
O sea, trabajé con tres directores desclasificados por El Diario de Agustín.
Con el “colorado” Silva Espejo. Los amigos de mi padre, Juan De Luigi, aseguraban que él le puso el mote en furibundas diatribas desde el diario El Siglo, Extra y Ultima Hora. Todo el ímpetu italiano y comunista de mi progenitor lanzado contra el “colorado” por su anticomunismo y simpatías nazis.
Con Arturo Fontaine. Lo vi bajar con sus bártulos, humillados sus modales de caballero, literalmente arrojado por Agustín Edwards por la espléndida y señorial escalera de calle Compañía, ante la mirada incrédula de sus empleados.
Y con Agustín, claro, el dueño, “el patrón”, como alguien dice sin vergüenza en el documental.
Aquella escalera de El Mercurio era como la de “Lo que el Viento se llevó”.
Y eso es lo que me pasa, que un ventarrón pasó y se largó con todo.
Los chicos enamorados del periodismo, idealistas, con fe de carboneros en la libre expresión, que llegábamos al diario a fines de los 60, recibíamos instrucciones claras: a El Mercurio no se lo desmiente, los “mercuriales” recurren a todas las fuentes y las confirman, en El Mercurio no se redacta, se escribe bien; ustedes son reporteros y cronistas, no tergiversan, no opinan, no editorializan.
Ja. O mejor, snif.
Una ventolera se llevó las palabras. Se las llevó Agustín corriendo a EEUU a pedirle a Nixon que botara el gobierno de Allende, el diario recibiendo millones de dólares para desestabilizarlo, los nuevos “reporteros” acogiendo información de la DINA y CNI para tapar asesinatos, los economistas de Pinochet haciendo triquiñuelas para salvar económicamente a El Mercurio. Y todos, todos nosotros, los “mercuriales” de entonces, señora, somos responsables por no haber ejercido nuestra profesión: por no haber investigado las brutalidades que nos lanzó a la cara el Informe Rettig. Así como los de Copesa de los Picó, los canales y las radios, cuyos dueños no hacían oposición a Pinochet.
Yo hice mi mea culpa y si bien me dio una cierta paz, el horror me persigue como fantasma.
Y, claro, eso es cosa de cada uno. Pero, por la pucha, el tiempo pasa y bajará Dios a preguntarles. Se los digo yo, que no soy católica.
Y que al ver El Diario de Agustín me sobrecogí con los dichos de personas con las que trabajé y respeté. Al señor Alvaro Puga no lo conocí y, al menos, es obscenamente sincero: le faltaron muertos.
¿Pero Arturo Fontaine afirmando que el cierre de Puro Chile, Clarín, El Siglo, le vino bien “porque nos quedamos sin competencia”?.
¿Y María Beatriz Undurraga? Hizo su práctica en El Mercurio en la misma época que yo, linda, ingeniosa, excelente reportera, me consta que traíamos los mismos ideales…
Es que por aquella escalera rodaron los sueños e ilusiones.
Sólo El Mercurio sigue incólume.
Tiene pilares fuertes. Para los periodistas es un imán: se puede seguir pasando piola sin asumir nada, echándole la culpa sólo al “patrón”, pelándolo a sus espaldas y cobrando buenos sueldos. ¿Cuántos han llegado ahora allí, provenientes de la gloriosa oposición a Pinochet?. Y eso que ahora no hay DINA, ni CNI, ni dictadura y Agustín está vivito y coleando.
El Mercurio no caerá nunca porque es un poder fáctico.
Es el poder del dinero, de los acaudalados de este país que son feroces para defender sus intereses (¡ya lo hemos visto!).
Es el poder de la gente “decente”, que es un término muy mercurial para identificar a los con buenos apellidos, los que se encuentran en misa de 12, los emparentados con los que perdieron sus tierras con la reforma agraria, los que vieron sus empresas intervenidas con Allende y las recuperaron con Pinochet, hijos de, casados con, los que veranean en, los que estudiaron en, los que viven en, los que mandan a su proles a los colegios tal.
Es el poder de los cruzados de la llamada “agenda valórica”, confesionales del Opus Dei, Legionarios de Cristos, Schoentatt y otra ramas católicas, ultra conservadores de sus tradiciones y abolengos, hombres que “ofrecen su trabajo al Señor” cuando invierten, cuando especulan, cuando despiden trabajadores, estrictos en la defensa del matrimonio, la familia y la propiedad privada, que fruncen la nariz con la píldora del día después pero miran para otro lado ante la tortura.
Poder de tiburones que, como esos escualos, arrastra a su paso a cientos miles de pececitos parásitos, serviles apitutados y escaladores.
¿Donde está el núcleo de la fuerza de El Mercurio? En los anónimos escribidores de su Página Editorial, equipo de señores embozados, implacables, que dictan pautas, aplauden, fustigan, mienten, manipulan información para que nada toque su imperio y su doctrina.
Ese el verdadero poder en las sombras mercurial, un grupo de encapuchados que ni siquiera la exhaustiva investigación de los tesistas de la Chile, (a todos los felicito, igual que a los realizadores de El Diario de Agustín, Agüero y Villagrán), lograron descubrir.
Cuando nos criticaban de afuera, nosotros, los chicos brillantes de El Mercurio decíamos: “Ah, pero esos no son periodistas. Esos hacen editoriales”.
Como si fuera poco.
Señores editorialistas con pasamontañas, nos derrotaron.
Nos partieron el alma.

jueves, 27 de noviembre de 2008

QUE ALLENDE SE LEVANTE Y PREGUNTE

Pero, ¿qué pasa? El mundo económico cae en pedazos y Chile se desgañita con presidenciables “rogados”, con un farandulero Farkas, con Piñera atrincherado, sin soltar sus propiedades. Ta’bien que el ministro Velasco haya apretado la cartera y hoy tengamos con que alimentar las vacas flacas, pero, como la Presidenta dice: “no somos inmunes”, somos un grano de arena en la playa global y la resaca viene fuerte.
¿Hay censura? ¿Cómo es posible que el tema “el dios mercado botado de su pedestal, la humillación de los hijos del capitalismo salvaje, el rescate heroico que está realizando el “maldito y odiado” Estado, no sea motivo de foros, de propuestas presidenciales y plataformas partidarias, de análisis a concho?, ¿Nos farandulizamos todos?
No lo entiendo. Peor, creo que hay censura o algún tipo de instrucción conveniente en los duopolios de la prensa y en la tele abierta.
Yo viví la autocensura de la dictadura política. Pero creo que el de ahora es el anatema de la dictadura económica, tan brutal como la otra (por favor, leer el libro de la periodista canadiense Naomi Klein “La terapia de Shock , capitalismo del desastre”, es caro, pero prometo un resumen en mi Blog).
Porque lo que ocurre hoy en EE UU, Europa, China, Japón tiene ecos tremendos para los chilenos. Primero, a partir del 74, la terapia de shock, la aplicación irrestricta del modelo, el FMI en acción metido en nuestros bolsillos, sus reglas machacadas en nuestra cabeza:
el Estado es ineficiente, privatice; achique, redúzcalo a su mínima expresión (aún recuerdo el drama de miles de empleados públicos echados a la calle con unos pesos miserables. Terapia de schock: Tucapel Jiménez era presidente de la Anef)); nada de déficit fiscal; no subsidie, no intervenga, no condone; mínima deuda externa; deje que el Estado fije los precios y los sueldos.Y, PROHIBIDO, no emita billetes sin respaldo.
Ja, estos mandos eran impartidos vilipendiando al gobierno de Allende que, claro, siguió inflando el ya cansino Estado chileno, endeudándose a lo loco, subiendo sueldos de los miserables, bajando precios, desatando inflación, subsidiando a los más débiles, comprando acciones de los bancos a través de CORFO, condonando deudas de los eternos patipelaos y poniendo a la Tesorería a fabricar billetes.
¿Cómo no nos vamos acordar, si lo que está pasando hoy en EE UU, en Europa, China, Rusia y Japón, lo vivimos con sangre y lágrimas, en chiquito, aquí en Chile?.
Y ¿cómo no vamos a hacer un análisis, alguna reflexión, digo yo, si lo que nos grabaron a machamartillo y con el dolor y pérdida de varias generaciones de niños pobres sin destino, ahora es vuelto al revés por los mismos que ayer nos predicaron?
Hay que ser descarados¡¡¡
Resulta que los pecados de Allende, ahora son santos y buenos:
hoy el Estado estatiza, interviene, perdón, hay que ponerse a la moda conceptual, “rescata” al sistema financiero del mundo entero. ¿Sabe cuánto significan ya los paquetes de salvataje del libre mercado todopoderoso de EEUU? Desde el 2007, cuando se insinuó la crisis, se ha entregado UN BILLON 200 mil millones de dólares, sin contar los últimos paquetes de 700 mil, uno, y 800 mil millones el último. ¿Plata de quién?. Del odiado y vilipendiado Estado. O sea, en EE UU, Europa y Asia han comprado más bancos y financieras que Allende con las platas fiscales. (Ay, todavía me machaca: reduzca, reduzca el Estado a su mínima expresión, no subsidie, no intervenga, no condone).
Pero si en Chile, en 1982, también ya vivimos esa vuelta de tuerca de los principios sacrosantos del neoliberalismo: también Pinochet, que aplicó mano dura para hacer cumplir las reglas, las rompió sin asco para salvar a la banca destruida por su soberbia y angurria.
¡Cómo es posible que los chilenos no estemos atragantados con estos temas, digo yo, si están ahí en carne viva, tan duros como los atentados contra los derechos humanos¡¡
¿Se trata de “prudencia” o de “escamotear el bulto”?
Porque que la cuestión es grave, es re grave. Sólo hay que hacerse una pregunta que me gustaría que el ex Presidente Allende, personalmente, si estuviera vivo, la formulara: ¿de dónde está saliendo la plata que EE UU está poniendo para salvar al sistema financiero? Simple y atroz: de la maquinita de fabricar billetes, de la “emisión inorgánica”, que llaman los economistas.
Porque, en teoría, el valor de una moneda se determina dividiendo el total de la masa circulante por el total del valor nominal de los bienes y servicios producidos por un país. Si aumenta la masa circulante, debería aumentar, proporcionalmente, el PIB, el producto interno bruto. Eso, para que la moneda mantenga su valor, digamos, para que no sea una entelequia.
Y resulta que EEUU hace ya rato que se gastó sus dólares con respaldo objetivo, hace ya rato que gasta más de lo que gana. Y no lo hizo, como Allende empujado por un profundo anhelo de justicia social hacia los más pobres, la desvalida comparsa que acompañó nuestra historia, los patipelaos de la colonia, los que siguieron raspándose los pies en la Independencia, la República, calándose alpargatas bajo los gobiernos populares radicales y del Frente Popular, sacando la voz con la revolución en libertad de Frei Montalba y largándose a las calles con Allende. No, EEUU, especialmente con el Bush que se va pifiado, se los gastó en las guerras de invasión a los países petroleros. Mejor dejemos que el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, lo diga: “el despilfarro y la insólita prodigalidad de la administración Bush, mediante aventuras bélicas y rebajas fiscales a los ricos ha condenado a Estados Unidos a un colosal déficit público y por cuenta corriente, déficit que algun día alguien tendrá que pagar”
La deuda externa de EEUU ha crecido como un alud, desde casi cero en 1980, hasta 2 billones de dólares en 1998 (administración Reagan). Hoy, noviembre 2008, supera los 11 BILLONES.
Dinero que no ha ido en ayuda del ciudadano endeudado, el que perdió la casa, el que perdió el empleo, sino para los propios estafadores que siguen vendiendo sus papeles basura al gobierno. Uno podría decir, con la rigidez del sacrosanto modelo: bueno, pues, que caigan en default, que quiebren y paguen las consecuencias. Pero es tal el peso de los involucrados que sería como tirar el mantel, arrastrándonos a todos.
Porque estos otros, nuevos neoliberales que ahora están paseándose por América Latina , son los principales acreedores de EE UU. Hablo de China y Rusia. Ellos han comprado la mayor cantidad de bonos del tesoro de EE UU, ordenes de pago reembolsables al cabo de un número determinado de años. Ahí está también nuestra platita.
O sea, aunque uno quiera, no se puede mear el asado.
Pero sí reflexionar, analizar y sobre todo, no volver a tropezar con los mismos… peñascos.

viernes, 21 de noviembre de 2008

FELICITACIONES POR LAS 20 LUCAS

FELICITACIONES POR LAS 20 LUCAS



“Que estupidez, ¿cómo pueden sentirse triunfadores si los que ganaron fueron los que no salieron a la calle?”
Concuerdo con este nickname, comentarista de lanación.cl, luego de ver la alegría de los huelguistas de la Anef.
Porque, ¿qué festejan?
Obtuvieron un 10 por ciento de aumento final, el mismo 10 por ciento que el ministro Velasco les ofrecía hace tres días: un 10 por ciento para los sueldos de hasta un millón mensuales.
No me van a decir que los que saltaban y corrían por la Alameda, los que cerraron los consultorios, no recogieron la basura, conflictuaron los pasos fronterizos y la carga en los puertos, esas señoras, señoritas, jóvenes, caballeros, haciendo sonar sus pitos, con sombreros divertidos, traqueteando por Santiago, cantando aquello de “el pueblo unido,…” y otras nostalgias dignas de mejor causa, ganan más de un millón al mes.
Comprendo que se trata de personas agobiadas por los precios altos, endeudadas hasta el cuello con las tarjetas de crédito, angustiadas por el pago de arriendos o dividendos de sus casas, colegiaturas de sus hijos y… todo eso tan estresante. Sé que necesitan un sueldo más alto para vivir sin sobresaltos.
Pero no ganan más de un millón: creo que los más revoltosos están por los 200 y algo y, capaz, por los trescientos y hasta cuatrocientos mil pesos mensuales.
Y que ahora brincan de alegría porque consiguieron un 10 por ciento más, o sea, 20, 30 o 50 lucas. ¡Felicitaciones¡
Pero, ¿por qué nos los aceptaron antes?
Ah, porque el ministro sólo ofreció un 9 por ciento para los que ganan más de un millón. Y peor aún, 6 por ciento para los que superan los 3 millones y CERO para los que ganan más.
Es decir, las auxiliares, paramédicos, administrativos, secretarias, gente sacrificada y modesta que conforma casi el 90 por ciento de los empleados fiscales, salieron a sudar la gota gorda, a gritar hasta quedar roncos, no por sus remuneraciones sino por las de sus jefes.
Los felicito, en este país cada vez menos solidario, ustedes sí que son generosos.
Pero tengo que decirles que entre sus pancartas, reivindicaciones y reclamos se les olvidó lo más importante: Chile es uno de los países con mayor desigualdad, o sea los ricos son demasiado ricos en relación a los pobres. Esa es una diferencia abismal que sí merece lanzarse a la calle clamando justicia.
Cada vez que se intenta reducir esa brecha con impuestos, los beneficiados rasgan vestiduras, acusan de intenciones comunistas, auguran el Apocalipsis sobre nuestro país.
Igual que ahora, cuando se habló de reajuste escalonado para disminuir la diferencia de ingresos en la administración pública y mandar una señal potente al sector privado. Diez mil médicos, que ganan harto más que ustedes señores del paro de la Anef, amenazaron con colapsar la salud pública. Y los magistrados pidieron escandalizados la intervención del Tribunal Constitucional porque se estaría vulnerando el principio de igualdad ante la ley.
¿Igualdad para fomentar la desigualdad?
Así que, congratulaciones de nuevo por el éxito de su lucha sindical señores de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales. Ganaron 20 o 30 lucas para casi el 90 por ciento de sus afiliados y 200, 300, ¿800?, mil pesos de reajuste para el resto de sus representados, no tan numerosos como los primeros pero, puchas, harto más importantes.

jueves, 20 de noviembre de 2008

LOS WINNERS RESPONSABLES

LOS WINNERS RESPONSABLES



Por dos semanas se detuvo el hacha a punto de cortar las cabezas de la Ford, General Motors y Chrysler. En el Congreso norteamericano les dijeron de todo por pedigüeños y les exigieron un plan viable, con plazo de dos semanas, para ver si les dan los 25 mil millones que fueron a suplicar a papa Fisco.
Hasta les reprocharon haber viajado a Washington en jet privado, gastando 50 mil por un viaje de 500 dólares.
Estos gringos son realmente enfermos de cara de r…- me comentó un amigo.
Pero los gastos de los ejecutivos de las automotrices son un pelo de la cola. Y, al menos, ellos fabrican cosas, objetos tangibles, autos, riqueza y empleo.
Porque los otros que ya están enchufados a la mamadera fiscal, y que son los responsables de la debacle, sí que cortan billete grande.
La AIG, por ejemplo, la aseguradora más grande de ese país, se gastó 25 mil dólares en tratamientos de relajación, spa y partidos de golf para un grupo de sus altos empleados en un hotelito de lujo de California. Dos semanas antes, la empresa había sido rescatada por el dinero de la Reserva Federal.
Hasta sesiones de belleza se dieron los ejecutivos. Y es que necesitan relajarse estos CEOS, Chief Executive Officer, después del maltrato que han estado recibiendo por parte de la opinión pública estadounidense. No son hombres acostumbrados a los malos modos, piense que en promedio estos directores de grandes compañías financieras ganaron el año pasado 10.8 millones de dólares, 364 veces más que un trabajador normal en ese país.
La nada: unos 2.500 millones de dólares por hora.
Winners definitivos, pero de pelo corto.
Porque de acuerdo a un excelente artículo en http://crisiscapitalista.blogspot.com/2008/ ,hay otros más campeones: los diez CEOS de las compañías más grandes que se embolsaron en el 2006 CIEN MILLONES DE DOLARES cada uno. Estamos hablando de jefazos del Citigroup, Merril Lynch, JP Morgan, Lehman Brothers , en fin, toda la banca rescatada, (excepto el último que hizo crash) con el dinero que los Estados Unidos deberían destinar a salud, (hay 50 millones de personas sin cobertura médica de ningún tipo), educación, trabajos en obras de infraestructura para contratar a los millones de desempleados y etcétera.
¿Cómo se dirá cara’e r… en inglés?

miércoles, 19 de noviembre de 2008

OBAMA CONTRA LOS BANCKSTERS

Dos noticias me han estado siguiendo esta mañana hasta darme un feroz palmazo en las frente.
Una, siniestra plaga de langostas saquea campos al sureste de Australia.
Otra, el Secretario del Tesoro nombrado por Bush insiste en que los 700 mil millones de dólares sacados de la bolsa del Estado “sólo deben usarse para salvar al sistema financiero” y “no para empresas e industrias”.
A un lado, las langostas avanzan engullendo frutales, hortalizas, lo que pillan.
Al otro, la banca especuladora se traga pensiones, empleos, viviendas y dinero fiscal que ayuda socialmente a millones de personas.
Clac, clac, clac.
Las langostas hacen sonar sus mandíbulas con un ruidito igual al de los 700 mil millones en monedas de a dólar entrechocándose.
¿Los australianos irán a ayudar a las langostas- me espanto- dejando que los cultivos que representan comida y vida para miles de personas, se las arreglen solos?.
Porque en EE UU ése es hoy el dilema: para Bush saliente, lo importante es la economía financiera. Para Obama entrante, lo vital es la economía real.
Hay un artículo muy certero de Le Monde Diplomatique que grafica el punto. Su autor es Ignacio Ramonet y, aunque no habla de langostas, sino de “banksters” (banqueros gangsters), describe cómo estos insectos depredan la vida económica del mundo.
Asegura que el dinero financiero llegó a representar seis veces el de la riqueza real mundial.
O sea: seis dólares de mentira en los bancos de inversión por un dólar de verdad producido en las industrias.
“Las langostas forman nubes que tapan el cielo del sureste de Australia, algunas alcanzan los seis kilómetros de largo”, informan las agencias noticiosas.
Clac,clac, clac
Los banksters engullen hasta el último dólar que Bush puso a su disposición. El mismo Bush que “hace unos meses- advierte Ramonet -se negó a firmar una ley que ofrecía cobertura médica a 9 millones de niños pobres. Lo consideró un gasto inútil”
Es decir, “para salvar a los rufianes de Wall Street nada le parece suficiente. Socialismo para los ricos y capitalismo salvaje para los pobres”, remacha el articulista de Le Monde Diplomatique.

Esta es la discusión hoy en Washington. Hasta allí llegaron los ejecutivos (acompañados de sus sindicatos) de las tres gigantescas automotrices (Ford, General Motor y Chrysler) para “suplicar” (es el término que usó CNN) un rescate por 25 mil millones de dólares. Al borde de la bancarrota, no son precisamente pobres, pero representan el 10 por ciento del PIB de EEUU (o sea, riqueza real), y casi TRES MILLONES de empleos. Traen el apoyo abierto del Presidente electo Barak Obama.
La argumentación en el parlamento es, más o menos, así, según mostraron en directo los informativos desde el Capitolio:
.
“Tenemos ya un 6,5 % de desempleo (10 MILLONES de cesantes en EE UU), Citigroup, pese a estar recibiendo parte del salvataje del Estado, anunció que eliminará otros 52 mil empleos (ya había echado a 23 mil). ¿Cómo vamos a lanzar a otros tres millones de personas a la calle?”, argumentan los demócratas de Obama.
Los republicanos:” los 700 mil millones son para los bancos. Si hay empresas a punto de quebrar es por su mal manejo empresarial, por los sueldos y garantías exageradas que tienen sus trabajadores. Si no son eficientes, ¡que se declaren en bancarrota!.”
(Uf, qué recuerdos, terapia de shock en Chile, “cómanse las vacas”)

Clac, clac, clac.
Una tonelada de langostas es capaz de consumir al día la misma cantidad de comida que 2.500 personas.
Los banksters engullen más. Uno sólo arrasa con el trabajo, la vida, el futuro de los hijos y la seguridad en la vejez de millones de personas.
¿Ganarán los insectos o se impondrá Obama?.